Me arrogo la emoción de ser pionero,
en compartir tu cama de una plaza;
y un beso oculto en la terraza,
que nos puso mucho más cerca del cielo.
Me arrogo la emoción de ver tu alma,
desnuda a tu miedo adolescente;
y un dolor intenso y permanente,
que es solo, con más besos que se calma.
Me arrogo el privilegio de quererte,
de todas las maneras que existieron;
y pinto una ilusión que es para siempre,
en el lienzo de las partes de tu cuerpo.
Me arrogo la esperanza de abrazarte,
y fundir nuestro deseo en un encuentro;
que el tiempo se detenga en esa escena,
que siempre se hace viva en nuestros sueños.
Me arrogo el ser parte de tu vida.
Me arrogo el ser parte de tu historia.
Pero jamás me arrogaré el derecho,
de dejar morir nuestra memoria.