Sentado aquí, en mi sillón,
leyendo un viejo libro
Con menos años que yo,
y más ilustraciones que los míos
A la tenue luz del tiempo,
con la piel quebrada
y la mente resistiendo,
de repente un leve susurro
ha rozado mis labios,
Joven aroma,
en la telaraña del tiempo
Reboza frescura de antaño,
su recuerdo me ha sometido
Ya ves... después de tantos años,
su piel besa la mía con tiendo
Siento como flota su joven risa,
en estas paredes del recuerdo
Y con sus delicados dedos,
dibuja formas de sombras
Mientras yo observo,
cada movimiento,
Soy tan viejo y estoy tan oxidado,
que presiento con acierto,
que no ha venido deseando
Su corazón tampoco ha olvidado,
rogó ser en este adiós, mis manos
¡Pero déjadme, que como un avaro!
apure el tiempo destinado
Necesito abrazar este cuerpo,
que durante tantos años,
me han negado.
Ana Barroso