La pluma del poeta crea el mundo
donde todo es ilusión y fantasía,
pues revive en él el amor moribundo
y se aleja para siempre la melancolía.
Es el mundo fantástico de las dos Lunas
que atisban con tus ojos las largas vigilias
de los tristes poetas que han sido olvidados
por las mujeres a quienes en verso lanzaron sus dardos.
Pero se es feliz en el mundo perdido
donde el Sol brilla con tu tierna sonrisa,
y las nubes negras para siempre se han ido
dejando de tu aliento la dulce brisa.
Es que es el único lugar donde tengo el valor
para declararte de una vez por todas mi amor,
aunque sé que solo es una vaga ilusión
que se desliza en el tenor ahogado de una canción.
Cada día guardo la lejana esperanza
de volver a ese utópico mundo encantado
para hundirme en el hondo mar de tu alma
ya que tú eres la sirena que me ha hechizado.
Vago por los grandes valles del ensueño
y cruzo los espesos bosques de la imaginación,
esperando que no sea solamente un triste sueño
que se ha de alejar en el tren de la desesperación.
Pero la realidad amenaza con destruir
ese mundo fantástico al que deseo huir
cada vez que el frío de la verdad me congela
y tu amor, de mí, para siempre se aleja.