mascando recuerdos,
escupiendo maldiciones,
en mi silla me encuentro
mecido por los años
ante la puerta del destino.
La mirada mustia pasa,
una y otra vez por el mismo lugar,
y no veo nada...los malditos recuerdos
se roban la visión
los años, aún mecen la silla.
Los recuerdos traidores,
van y vienen...se van...
todo queda tan vacío,
que no sé, si es hoy o mañana,
solo mi silla me acompaña.
sin ver nada, a veces duermo,
el vaivén de la silla no para...
Babeando me despierto, Que?!!!
la puerta sigue ahí?
y la silla sigue meciéndose...
Ya no hay esperas ni prisas,
solo sueño dondequiera que voy,
Con mi silla y mi sueño,
frente a la puerta, duermo todavía.
Los años