Los sauces supieron ser hijos del viento
Bailaban entre mis dedos
En Anillos verdes
Fueron Ramas y espadas
Y Formaron Escudos de familias invisibles
En su eterna lucha
Olvidaron ser árboles
Crecieron sobre la frente de mis recuerdos
Sin darse cuenta
Fueron sus gélidas caricias
De brazos flacos y desvalidos
El Mejor saludo
Sus hojas se inundaron de tierra
El tiempo no respeta
La corteza abierta
O el tierno tallo
Hoy todo es camino
Y nada es huella
Cicatriz de vida
Umbral de los recuerdos