Miguel Ángel Cisneros

Tierras altas

Más allá de las montañas,

sostenidas por los hombros

anchos y fríos de Dios,

surgen veredas

donde las aves maldicen

diariamente a las nubes.

 

Sus habitantes,

envueltos en humildes

celebraciones blancas

y verdes, tocan el cielo

cuando alzan las uñas

repletas de tierra.

 

Los pinos en el horizonte

cortan de lleno

el color ladrillo

de los alrededores.

 

Son tierras sin promesas,

donde el día a día

lo construye cada cual

con sus propias picas.