Puedo yo seguir creyendo que fue un día,
aquella noche que nacía de un saludo,
tras la ventana teñida de esperanza,
en el buzón de azulado, fiel y mudo,
no puedo seguir añorando en mi sospecha,
todo cuando sustente mi distancia,
todo aquello que buscando ser perfecto,
la ansiedad aniquiló desmesurada.
sigo siendo la voz de mi conciencia,
avivada de compases desiguales,
un cúmulo irregular de frustraciones,
una fuente de convicciones sin avales,
convicciones que mi propio ser conforman,
construida bajo firmes pilares de experiencia,
el solemne y cruel martirio de sorpresa en una espera,
tal vez solo una inocente muestra esotérica.
No quiero responder a los patrones iniciales,
pero suelo disfrutar el mecanismo que nos guía,
mis días que que comienzan con tus noches,
mis noches que terminan en tus días...
Despierto ante el albor de tu silencio,
para escuchar tu voz en mi cabeza,
para saber que al otro lado del mensaje,
respondes tú, transformada en esencia.
Podría sonreír ante la nada, inclusó sentir los caracteres, podría entretejer en lo hipotético, lo dulce, sublime y puro, tú podrías ser esa sensación olvidada de desasosiego estremecedor bello y triste que arrebata la conciencia, pero claro está que es necesario para existir, que solo ocurra una única vez...
I.M.