Un poema nunca está acabado, solamente abandonado,
del paisaje inquieto a un pobre desvelado,
olvido en mayor grado,
y unas cartas que le habían llegado.
No somos corresponsales del pasado,
aunque si nacieran flores nuevas en el prado,
aquel hombre es el que sentado,
quisiera ser gato, para pasar vidas a tu lado.
Silencio es más que estar callado,
la mente retorcida el lomo claramente formado,
si respondo temo demasiado, ahondar en tu almohada
si ha nacido para ser feliz, nada le puede hacer desgraciado.
No hay nada tan conmovedor como un enamorado,
el río anuda al mar su lamento obstinado,
y el caminante desgastado ,
entre los gallos de la medianoche, espera el milagro.
ARGON