Dejándote inundar,
por la presencia silenciosa de un amor,
por la fuerza arrebatadora de una intuición,
por la libertad que acompaña a la soledad,
por la esencia de la luz que te lleva a crear,
por las palabras que recibes, compartes y que nunca te han de abandonar,
por la magia de quien puede volver a soñar,
por el recuerdo que se niega a quedarse atrás,
por la inocencia que en la infancia nos lleva a volar,
por el ahora que justo acaba de finalizar,
por el futuro que sientes que está por llegar.
Por el tierno abrazo de la niña que fuiste,
que eres
y que siempre serás.