Callado, se le ve.
Como quién no mata una mosca.
Sagrado disfraz el que por fuera lleva.
Nunca hubiese sospechado tu gran mentira.
Que te perdone Dios por tu acto maligno.
Arrodillado, se le ve.
Recordando sus pecados o gozando de ellos.
Tan concentrado mirando a Jesus,
como si le fuese dar una respuesta.
Quién diría que eres el mismo ángel caído.
Derrotado, se le ve.
Ante el altar donde muchos se juran amor eterno.
Tal vez perturbado por haber perdido un gran amor.
Todos se asombran al saber que el cristiano sus maldades ha ocultado.
Que te perdone Dios por fingir serte muy digno.
Mira como cambian las miradas de los que te creían ser bueno.
Las visitas a la iglesia ya no es para verte.
Ya tu estampa se rompió
y otro santo me divierte.
10052020