Quiero leer
tu catecismo confidente,
y con tu ayuda el poder liberarme.
Llenando de tu Luz mi presente,
en este destino breve,
con tu inmensa Verdad inconfundible.
Al modo mayor...
esperando tu paraíso prometido,
al venir la redención.
Al modo menor...
dando reposo a mi alma y corazón,
apaciguando mi dolor.
Por ello, en lo bendito de mi ser,
deseo contemplarte.
¡Oh Dios! Que estoy expectante...