Mi cuerpo es un pastel negro de mantequilla;
mis ojos ven la belleza que le hace enmudecer;
mis manos sin cintura, fríos, se han de esconder;
vivo muerto de amor en un sueño de pesadilla.
Paso por un puente de colores y no hay escultura,
sólo un sol que me quema en este paseo sin destino.
¿Dónde, dónde está ese cuerpo de moda femenino,
que la busco y solamente encuentro un barro sin figura?.
Sigo caminando por el sendero salvaje,
sin piel, donde la fémina me presta su ataúd;
ahí, descansaré porque es este su mensaje:
\"esta es tu casa\". La lluvia se hace esclavitud.
La caja de madera se cierra y yo tengo apetito:
y lo único que consigo es un desesperado grito.
NACHO REY