Hoy le escribo a Venezuela
este verso sin medida,
pues ha sido bendecida
bajo un cielo de acuarela,
cual la novia prometida.
Voz del indio centinela
de arco y flecha percudida,
donde el viento de salida
lleva un soplo que consuela,
a una raza enmudecida.
Noble tierra de la abuela
desde luego entristecida,
cuando va de amanecida
brilla el sol su lentejuela,
para tu alma dolorida.
Más el Dios que se flagela
no te adora corrompida,
Él te quiere compungida
mientras esto se nivela,
pero nunca malquerida.
Pues tu gente Venezuela
siempre estuvo agradecida,
y aunque estén comprometida
como hermosa damisela,
sé que viven afligida