El paso del bombero
En la frescura mañanera
En un pueblecito costero
Se sienta Andrómeda Vera,
La hija del almacenero.
Del almacén, en la acera,
Sentada entre dos cocoteros,
Vacaciones de primavera,
Espera al camión de bomberos.
José Prima, un caballero
De ancha escápula escudera,
El capitán de los bomberos,
Guapo y de sonrisa sincera.
El José Prima, tan de acero,
La ve al pasar de tal manera
Que queda torpe y prisionero
De esos ojos de pantera.
Se encarga Andrómeda Vera
De mandar a los recaderos
Y pide lo que nunca fuera
A pedir el almacenero.
“Tráigame frutas del frutero,
Tortas de la chocolatera,
Y un besito de ese bombero
Que cuando pasa me altera.”
Loquito sueña el bombero
Que al bajarse a la acera
Se casará con su lucero
Y tendrá hijitos Prima Vera.
(Autora: Sara Christ, de Hohenau, Itapúa, Paraguay.)