Tu piel color canela, con su bronceado
esmerado y pulido de fragante esencia,
es para mí un cumplido; una rica herencia,
esa que mi alma anhela, como algo soñado
de nívea procedencia.
Mi deseo se enriela por pasión tirado
que activa lo dormido, con tu reverencia,
pierdo pronto el sentido, me causa demencia,
busco ser centinela, de un bien tan preciado
que causa mi apetencia.
Mujer apasionada, de mirar sensual
que causa mis albricias, soy afortunado
con la sutil mirada que cruza mi umbral
y me deja postrado.
Si tengo tus caricias me quedo atrapado
en la urdimbre cargada del placer carnal,
tus jugosas delicias me tienen mimado
de una forma inusual.
Mi ser queda marcado
por banales secretos que esconde tu piel,
aunque sean discretos me entregan su miel
de placeres repletos.