Cuando se va un compañero
se van con él las tristezas,
pilotando hasta el lucero
sus recuerdos son riquezas.
Consecuente con la lucha
siempre en dura resistencia,
tu palabra aún se escucha
con sonada prevalencia.
Te empeñaste en los milagros
de la vista de tu pueblo,
no importaron días magros
dando vueltas como anieblo.
Te llegó tu mala suerte
de una forma inesperada,
en el fondo un golpe fuerte
te alejó de tu morada.
La historia borrar no puede
tu vida, tus alegrías,
para este pueblo que herede
tus sueños, tus utopías.
De madera firme y fina
fuiste como árbol de cedro,
el que vigor no escatima…
¿Su nombre?... su nombre es Pedro...