Entre las llamas doradas
y los leños crepitantes,
con una copa de vino
y mucho fuego en la sangre;
esperando tu llegada,
está mi amor anhelante.
Me están temblando las manos,
del deseo de tocarte,
en un furioso latido
el corazón se me sale
del pecho, en veloz carrera,
porque quiere ir a buscarte.
Voy a morderte los labios,
con mis besos ahogarte,
mientras te quito la ropa
con las caricias más suaves.
Voy a bajar por tu cuello,
para en tu piel impregnarme,
con el roce de mi boca
recorriendo cada estambre
de tu cuerpo que me embriaga
en perfumes celestiales.
Quiero ser nave en tu puerto,
ser ofrenda en tus altares,
escalar todas tus cimas,
descubrir todos tus valles,
penetrar todas tus puertas,
y de tu néctar saciarme.
No ves que ya no resisto,
la tortura de esperarte;
cada minuto que pasa
se incendia mi alma al soñarte;
te aguardan caricias nuevas,
que nacieron para amarte;
y la fiebre de mil besos
que se harán fuego en tu carne.
Ven… detengamos el tiempo…
Que esta noche no se acabe,
Que el fulgor de tu belleza,
me queme siempre la sangre;
Que tu amor sea infinito
como es mi sed de adorarte…