Ojos oscuros y nefastos, inmersos en una vaguedad imposible,
escapan de sus orbitas hacia el lejano sueño nocturno sin destino,
senderos con el desanimo en la espalda en un mundo roto y vacuo,
la realidad esquiva muere en formas inhabitables para el alma.
La mano crispada en su pulso, late en el mayor de los silencios,
palabras que mueren al plasmarse, francas, volatiles, y sin temor,
lamento que empaña el juicio, entre la desazón y la esperanza inerte,
rostros de almas hundidas detras de miradas imposibles de olvidar.
La sonrisa yace escondida sobre el espejo desdibujado por el llanto,
voces oprimidas ya desvanecidas por un olvido que asombra,
la boca cansada delira y se pierde fuera del labio entumecido,
este lado del cuerpo agobiado y asqueado ya parece un monstruo.
Una misteriosa ventisca se lleva las entrañas y las horas huyen.
rostros adheridos al cristal de las debiles luces de un espejismo,
la desesperanza acampa por doquier en el valle de los desalmados
nadie respira sin temor y las praderas de nuestros ancestros renacen.
Nunca la luna ha tenido tantos ojos buscando poetas olvidados,
aves nunca vistas revolotean colgadas de un cielo diáfano e impoluto,
el tiempo detiene todas sus noches y sus dias mirando los abismos,
solo se mueve el viento; dentro de una vaguedad que ahuyenta el alma.