Importa esta quietud
de brazos extraños en la tierra
de marionetas que se hacen pedazos
intentando olvidar un pasado roto
un futuro cierto como pesadumbre maldita.
Importan esas polillas
que almacenan todos los armarios
como nubes desoladas o románticas cartas
que el cielo no guardara.
Acaso ese silencio unánime
de estambres generosos, que la luz
abate sobre la mesa; o ese pétalo
de algún pecho que quiso ser hermoso.
Importa esa larga honestidad
de los sueños mantenidos un tiempo
tan prolongado como la tierra como el mar
y sus cuevas pintadas de azul.
Sin corromperse tan tiernos
como abrazos furtivos a la salida
de la escuela.
Bajo la parra inocente,
donde se cuelan las estrellas,
todavía espero tu beso.
©