“Pido la paz y la palabra”. (Blas de Otero)
Si es el soneto forma desusada
en la vasta nación de la poesía,
si perdió su gloriosa bizarría
en tantos episodios enunciada,
jamás fue ni será por mancillada
gala o por infamante bastardía,
ni por innecesaria su estadía
o menos expresiva su otoñada:
propongo y reivindico que merece
su métrica lugar en las palpables
cabalgadas novísimas del verso:
pues apenas su crédito decrece,
se extienden sus alivios amigables,
bálsamos para el lírico introverso.