El día amanece y se oscurece una y otra vez
Sin oír ni siquiera tu propia voz entre la voz del silencio,
Los pétalos de tu flor se están cayendo,
Y yo tan sólo me ahogo en el olvidado vacío
Para ver si aún puedo escuchar tu nombre
Entre mi dolorido corazón de porcelana,
Entre los rincones de cada una de estas letras.
¿Dónde está tu perdida voz?, la necesito,
¿Dónde está tu bello respirar?, te necesito,
¿Dónde está aquel acariciar de olas?, la necesito,
Te necesito…
No puedo hablarte a través del silencio,
Ni siquiera escuchar un soplido desde las hojas de los árboles.
Mis manos están marcadas de sangre
de buscarte sin encontrarte entre las paredes del cronómetro,
El tiempo me está consumiendo,
Tanto por fuera como por mis pieles envejecidas.
Tan sólo soy un árbol sin germinar,
Pero te necesito….