Suena el eco del silencio en mis oídos,
el rugir profundo que aniquila al viento
golpea al corazón en locos latidos,
con luces y sombras de un solo momento.
Vibrando en ondas que dibujan vacío
en tinta china a oscuros esperpentos.
mancillando el alma de sueños perdidos
con trompetas mudas, chillando lamentos.
Sólo por la gracia de ser yo quien era
busco en espejos la sonrisa perdida
en la mueca espástica de la que fuera.
El presente es ardor y una gran herida,
un borbotón de sangre en la noche eterna.
Dolor escarlata recuerda la vida.
A.B.A.2020 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires – Argentina