Te busqué por las cumbres y los ríos,
por bosques y por ricos cafetales,
por remotos espacios siderales,
y por mares bogaron mis navíos.
Te busqué sin rendirme a desafíos,
por oasis de verdes palmerales,
por áridos desiertos minerales,
y por volcanes calmos y bravíos.
Te busque en el bullicio y en la calma,
soñandote pasaba noche y día
siendo de mi existencia dulce palma.
Y cuando el desaliento me vencía,
al asomarme al fondo de mi alma,
al fin te hallé, mi amada, poesía.