Aguas cual cinta de plata
corren bajo un cielo azul,
¡Cristalino!
y de color escarlata
se pintó el río Sumpul.
¡Qué destino!
Pasó un catorce de mayo
ocurrió en El Salvador
¡La matanza!
de memoria no soslayo,
ni ese profundo dolor.
¡Por la ultranza!
Mil novecientos ochenta
marcó al cantón Las Aradas
con su luto;
la ejecución muy sangrienta,
de huellas jamás olvidadas,
hoy imputo.
Chalatenango, tu tierra;
se vistió con roja sangre
que ocultaron
durante salvaje guerra
sin importar el desangre
¡Los mataron!
El ejército asesino
a la gente perseguía
¡Masacraba!
cuerpos necro en el camino
dejó el General García
¡Los mataba!
Son más de seiscientos muertos
que reconoce la historia
¡Y está escrita!
de asesinos encubiertos
que han sido genuina escoria
muy maldita.
Ya pasaron cuarenta años
y el hecho continua impune
¡Sin justicia!
para quien causó los daños
de la ley prosigue inmune
¡Qué injusticia!