Mayo 15.
La Iglesia festeja el día de San Juan Bautista de la Salle, patrono de los educadores.
Ser educador no es una profesión más, es una opción de vida, se es educador siempre, son seres llenos de paciencia, de ingenio y de amor.
Muchos optan por asumir el cargo como su forma de supervivencia, pero el verdadero maestro lleva esencia, a Jesús se le llama el divino Maestro, por su forma de vida ejemplar, de enseñar de manera clara, con ternura o incluso con firmeza según amerite el caso.
La responsabilidad del futuro del mundo, indudablemente está en el corazón de nuestros profes, que sin manipular nos enseñan a pensar, a ser mejores seres humanos, a ir por la vida con un propósito de solidaridad y humanidad.
Mi primera profe se llamaba Sonia, era una chica preciosa, piel canela, pecosita, de unos 20 años, yo solo tenia 5, pero vivimos un año intenso, por ella le tomé afecto al colegio, a los libros, a buscar sabiduría, nunca la he olvidado, creo que fué mi primer amor, finalmente 15 años no son mucha diferencia.
Al año siguiente llegó Yeny, vivía a dos cuadras de casa y nos encontrabamos seguido, el recuerdo de Sonia no me permitió amarla tanto, solo admirarla, aun a pesar de sus miles de mimos y de haberme enseñado a leer perfectamente desde la base enseñada por Sonia, de que la M con la A es MA... yo solo quería aprender a escribir amor.
Hoy día mi profe de vida, la que me hace reflexionar y calmar mis instintos de echarme el mundo al hombro, es una bella Mexicana, que dedicó sus talentos a la enseñanza de niños y que me regala el don de la amistad. En ella, rindo homenaje de agradecimiento a todos los maestros que trataron de cumplir la tarea de educarme, se les perdona el fracaso, fue culpa mia.
Grácias mi profe Marilinda, la vida es un puzzle, pero siempre al resolverlo, hay algo interesante para disfrutar.
Ron Alphonso.
15 mayo de 2020