¡POR EL DERECHO A EXISTIR!
¡Delito es sentir!
Ya no quise vivir abrazado a las sombras
ni caminar en la inmundicia de la fantasía
arrastrando mi deshonesta indiferencia,
y creer que no existen y si existen no cuentan.
Sin embargo… ¡Ahí están!
se escucha el rugir de su hambre,
el llanto de la madre que escarba en el vacío,
la trémula mano del anciano que pide auxilio,
la ternura de los niños que dejaron de sonreir,
las manos crispadas de impotencia del trabajador despedido.
¡Delito es tomar Partido!
contra aquellos que fusilan la esperanza,
y ponen a los pueblos en el carrusel del genocidio;
encierran en sus ergástulos más oscuros
a quienes se atreven a denunciarlos y combatirlos;
encadenan el pensamiento y silencian la voz del repudio.
Sin embargo… ¡Aquí estamos!
Encarnando la brillante perspectiva,
nuestro verbo desplegará la aurora,
derrumbará los muros que nos separan
y nuestra bandera será el desinterés absoluto.
¡Delito es luchar!
Ya no puedo abrazar el pesimismo,
camino por el luminoso sendero de la vida
dejando las penas atrás y mirando al futuro,
convencido que el triunfo es inevitable y nuestro
Sin embargo… ¡Ahí están ellos!
Criminalizan la protesta popular,
proscriben el derecho a la libertad,
ocultan la luz del Prometeo de los andes
como némesis por regalarle el fuego a los desposeídos
que marchan inconteniblemente al asalto de los cielos.
¡Por el derecho a existir!
Marcelo Ugalde Barrientos
Sucre, 1 de mayo de 2020