Nicosia

Primera parte - TeorĂ­as

 

 

8 de marzo de 2004       7:30  

 

¡ Que hermosa mañana de invierno !

Fue tan perfecto el sueño que tuve anoche que tarde demasiado en despertar.

Terminé de leer el libro que me recomendaste, y fue más de lo que esperaba. En realidad mis expectativas siempre fueron las mismas, pero vos nunca me dejas de sorprender.

Ya no hay café en la heladera, tampoco hay tanto apuro por salir a comprar.

Te dije que te iba a escribir cuando me vuelva a acomodar. Y hoy puedo decirte que no tengo todo controlado, pero si así fuera, ¿Que sentido tendría? Dicen que si no lo planeamos no hay nada que pueda salir mal.

Con mi familia ya ni siquiera tengo contacto. Y no hay de que preocuparse, digo familia porque así es como se le llama. Pero si no lo sentís de tal forma, ¿Se le debería seguir llamando a todo por su nombre?  No lo sé, tendría que volver a repasar esa teoría.

Espero que andes bien, y que puedas contestar este mensaje cuánto antes. Sabes que me llevo muy bien con las distancias pero pierdo la intensidad emocional en cuestión de minutos.

 

  Esperando, Sergio.  

 

 

 

      8 de marzo de 2004       21:45 

 

  Hola Sergio, como andas ?  No tenes de que preocuparte, tampoco te lo tomes tan personal. Entiendo que no es fácil para vos pero deberías de encontrar el momento para acercarte a ellos, y ojalá lo sea pronto.

Acá todo más tranquilo, Seba se compró un perro, yo no lo soporto, pero bueno, ¡ Hay que bancarse cada cosa con estos chicos ! Igual te aclaro que en las últimas semanas he pasado por cosas peores, por eso te digo que ahora todo está más tranquilo.

Me imaginaba que te iba a gustar el libro, estaba casi convencida. Y aunque no me gusten las comparaciones, ni te imaginas lo que te espera con el próximo.

Ah, te cuento que me corté el pelo. Se terminaron los dramas casi novelescos en el baño y se puede decir que... me hice amiga del peine una vez más, después de tanto tiempo.

 

  Cumpliendo, Camila.    

 

 

    9 de marzo de 2004       4:22  

 

Sé que no estarán contentos con mi actitud pero también creo que nadie se merece que le demuestren un interés que no existe. Yo tampoco merezco que me obliguen a demostrar algo que no siento.

Por ahora dejaré todo como está, ni tan roto ni muy bien armado.

Justo en este momento estoy tirado en el sillón comiendo lo que me sobró del mediodía, con un shorts de fútbol y medias largas. Si vieras esta parte triste de mí te volverías a replantear muchas cosas. Como la primera vez que te visité y terminamos juntos en la cama.

Volviendo al tema de mi familia, quizás algún día nos encontremos festejando la navidad o en un almuerzo de domingo. No lo sé, tendría que volver a repasar esa teoría también, de por qué hay que pedir perdón antes de abrazar después de haberse equivocado.  Como si antes de definir contra el arquero habría que volver atrás la jugada para tirar algún caño y que todo quede más perfecto, más bonito, más aceptable. El gol y el abrazo valen igual. Sirve para sumar. Más allá de como vaya el partido.

Yo no voy a pedir perdón por que alguien se sienta ofendido. Mis intenciones siempre fueron buenas, y si algo siempre respeté fue el no engañarme a mi mismo. Saludos compañera.  

 

Esperando, Sergio.    

 

 

      9 de marzo de 2004       20:38

 

  Hola Sergio, estuve muy ocupada hoy y recién ahora te puedo contestar. Tampoco te voy andar explicando mucho, los dos entendemos que tus horarios son muy diferentes a los míos.

Si vamos a hablar sobre teorías yo tendría que repasar varias. Como por ejemplo la del tiempo. La verdad es que desde que Pablo se fue a vivir solo, estoy más deprimida y a la vez más alterada, ni yo me aguanto en estos días. Pobre de Sebastián que por lo menos trajo a ese animal y un poco más de compañía a la casa. No entiendo cómo puede pasar tan rápido todo. Parece que ayer le leía cuentos antes de dormir o le buscaba la ropa mientras el se bañaba. Sé que es el mismo tiempo el que acomoda todo, pero mientras tanto el día a día pesa, cuesta mucho soltar, y más para una madre.

Con respecto a tu tema, vos sabés que yo te apoyo en todo, y si vos estás bien así, perfecto. Pero pensalo, tal vez ellos también necesitan que les demuestres algo de cariño, de afecto, por más falso que fuera. A veces tenemos que arriesgar y hasta sacrificar nuestros propios principios para poder conformar a los más cercanos. Esa también es una manera de querer.

Cada familia es un mundo, y ustedes tendrán su forma de conectar, o de entenderse. Que el ego no te confunda Sergio. Analiza la situación y elegí lo que te haga sentir mejor.

 

  Cumpliendo, Camila.  

 

 

 

        10 de marzo de 2004        3:35

 

  Bueno, si me decís que estás insoportable así debe ser. No conozco esa versión, pero tampoco me gustaría conocerla.

Te anticipo que pronto estaré de visita nuevamente. Más no te voy a decir, me gusta sorprender, aunque siempre me termines ganando.

Cuando estemos juntos vamos entrar en detalles de todo, nos vamos a poner al día, como lo hacemos siempre.

Me estoy dejando la barba, y no se si te va a convencer, pero la verdad es que a mí me agrada bastante. Y esto me deja pensando en la teoría de los cambios. Desde los más insignificantes hasta los más trascendentes. ¿Por qué será que de un día para otro podemos cambiar rotundamente? ¿A caso de alguna manera no es que abrimos los ojos, nos levantamos y empezamos a actuar como siempre lo quisimos hacer ? ¿O esperamos a que alguna consecuencia nos obligue a cambiar nuestras actitudes, nuestros conceptos, nuestra lógica?

Es solo un comentario e intento de filosofía barata. No quiero aburrirte. Pronto nos veremos.

 

  Esperando, Sergio.  

 

 

      10 de marzo de 2004        22:40

 

  Hola Sergio, te aviso que no voy a estar pendiente de tu llegada. Así que puede que me sorprendas bien vestida, maquillada y con el centro de mesa en su lugar, cómo puede también que me encuentres recién levantada, con ojeras y los platos sin lavar.

Espero que resuelvas tus problemas y cuando vengas puedas escuchar los míos también. Y así debatir fuertemente nuestras teorías sobre la vida.

Acordate que ahora tengo un perro, que estoy más sensible de lo normal y que soy alérgica al chocolate. Esto va por si se te ocurre llegar con una caja de alfajores como obsequio, como la última vez.

Buenas noches, que descanses.

 

  Cumpliendo, Camila.