Amiga mía, quisiera saber cómo no extrañarte tanto.
Hablar contigo se me hizo una costumbre.
Te has vuelto tan necesaria en mi vida.
Aunque quisiera, no dejo de pensarte constantemente.
Y por las noches, lloro como un niño, desconsolado.
Entonces, comienzo a suspirar, anhelando nuestras charlas.
Mientras, aquí me tienes en un vacío, esperando tu regreso.
Seguramente al leerme te sonrías y pienses que exagero.
Pero dime, a caso sabes lo importante que eres para mí?.
Nadie, absolutamente nadie puede reemplazarte.
Ocupas un lugar muy especial, porque eres mi lugar favorito.
La persona con quién podría pasar mil horas hablando.
Recordando historias pasadas, sobre el presente o el mañana.
De Mc Donald’s, de Talleres, de novelas.
Y cualquier cosa que quisieras contarme.
Lo significativo era hablarnos y poder escucharnos.
Más allá de la distancia, siempre será de esta forma.
Ya que te amo como si fueras mi sobrina.
Por ende, hagas lo que hagas, cuídate.
Voy a estar para ti, cómo desde hace 7 años.
Porque jamás dejaré de pensarte todos los días.