Insólito tiempo de pausas y espera
sin distingo de raza, credo, status, cultura o frontera.
Sometido todo el Planeta Tierra
a nanométrica figura de biológica guerra.
¡Quién hubiera imaginado pasar estos días
plasmados en papiros de viejas profecías!
Guardados los ánimos en el confinamiento
a riesgo y peligro de perder la vida o sustento.
El móvil del asunto siempre será misterio
quizás el humano afán de construir imperio.
Nunca antes el Made in China fue tan contundente
abarrotando estantes todo tipo de gente.
Disfrazado el miedo con careta, guantes y mascarilla
en rarísimo carnaval sin diversión ni alegría.
Reinventada la convivencia, los hogares refugios
mientras los gobiernos agotan subterfugios
para sacar ventaja, como siempre, de ríos revueltos
en la misma corrupción que los tiene envueltos.
Tristemente o quizás por fortuna
Dios nos da este tiempo para buscar cordura
y en el toque de queda ahora hermanados
dar al planeta un respiro, optar por buenas actitudes y valores olvidados.
Tal vez aún podamos salir de la cuarentena ilesos,
finalmente, libres de lo que nos ha tenido presos.
Que nuestros combatientes de bata y espíritu valiente
sean intocables en sus defensas acorazados y con su ángel de la guarda presente.
Hermano del mundo en toque de queda
¡que triunfe lo bueno en esta extraña veda!