Parece que te conozco desde siempre,
con tu belleza interior,
y aún me sorprendes;
eres el cofre de misterios,
que se proyecta grácilmente
en mis regodeos con buen juicio,
¡oh guerrera de mundos con espectros!…
ya mi actuación no concibe
una forma contundente de saborearte,
arribas a mis percepciones
en abstracción con tus formas,
te veo, y creo conocerte…
mas aún me desconciertas,
tus sortilegios te truecan
en vidente de mis secretos,
cómo me escondo de ti,
si tus artificios aciertan tanto
para augurar mis actos…
y sé que tu bola de cristal
posee infalibilidad, por eso me quedo
en el total desatino,
acurrucado en el desconcierto…
procuro ser cabal
y termino siempre empapándome
en lo terso del rocío
que la mañana vierte cuando alumbras
sobre mis llanuras,
y trasformas en primavera
a mis quimeras de invierno,
sólo soy un desquiciado, que vive
en la dimensión del alma,
que huye siempre de los excesos,
trascendiendo voy a alternativas de más mundos
donde libremente soy lo que soy,
y aun así vigilas con porfía
mis rastros sin desesperarte.