Fue alguien quien en llantos me dejó tirado al abandono, fue la clave para éste, mi corazón roto, mi alma deambulando y en el ahora pensando en que disfrutó de aquellos momentos de risas y de juegos, aquellos domingos en el cuarto donde el querer es más tierno, como se quieren los amores verdaderos.
Y, allí tan solo me dejo, con lágrimas en los ojos, y ellos vieron derramar aquel mar desbordado en mi rostro, sintiéndome morir me abrazaron dándome aliento, un aliento muy silencioso, como si se tratase del perder de un ser querido partiendo al otro mundo.
Pero era yo quien estaba muriendo con un dolor muy profundo, me vieron llorar desconsoladamente, ¡tanto! que senti perder toda el agua de mi cuerpo derramándose por mis ojos.
Regrese invicto con parches en mis sentidos, con suturas en un corazón un poco adolorido, pero igual amando descontroladamente porque a pesar de las sicatrices el amor es aún más bonito y mucho más fuerte.
Henry Ruiz
16 DE MAYO 2020
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