Genio de la mugre
y del espanto...
del sexo breve
y el bourbon frío,
destilado...
entre pechos generosos
entre muslos exquisitos,
en los cálidos altares
del talento...
nunca enclaustrado.
En un infierno sosegado
yace tu belleza...
en el invierno triste
de tus días,
de abandono
lánguido y callado...
donde la nada duerme,
y el sol se apresta.