Tu esposa abnegada,
típico personaje de mujer de casa.
Tal vez inocente, no la culpo.
No se imagina el monstruo que tiene en la cama.
¿Sabrá del sueño de medianoche
que tuviste conmigo?
Cuantas veces deseaste que me quedará
para cumplir tus frustraciones.
Ni vergüenza te da ocultar tus sueños,
que a mí me arrastras en ellos.
Tu esposa que no rompe un plato.
Tal vez culpable de no satisfacerte.
No se imagina el fiasco que provocas.
¿Sabrá de las veces que me pides
que te de más que un beso?
Cuantos deseos te guardas
que tus manos piden ayuda.
Ni vergüenza te da ocultar
lo que dices que provoco en ti.
Tu esposa con esa mirada muerta.
Tal vez cándida detrás de su sonrisa.
¿Sabrá que aún te lamentas de no haberte quedado conmigo?
Cuantas medianoches son en mi memoria...
16052020