En este segundo
simplemente me rindo.
Las palabras no contienen
los paisajes de este nuevo poema
nacido tras el aroma inquebrantable
del verso en tu piel pintado.
Sus aguas agitan las montañas
y conmueven a los antiguos heraldos,
mensajeros de aquellas aventuras
renacidas en tus labios
al invitarme a reescribir los caminos
que nunca se han interpretado:
es tu boca la llave y el misterio
de esta rapsodia que hoy nace...