En algún lugar del mundo
una chica llora,
sus llantos de un hondo
dolor en las entrañas a toda hora.
Él sentó junto a ella
más quiero se quedó
y silencioso
como la llama de vela
él la confortó.
Él sonrió
ella se la devolvió.
Junto a él ella reía.
Pasaba el rato con el chico
que creaba música con sus dedos.
Rieron de la vida
aunque, como todos sabemos
todo es de ida.
Ellos sabían que los días estaban contados.