Kinmaya

Pensamientos grotescos

 

Un estado de ánimo extraño pesaba sobre un lamento viajante en un desierto de reflexiones profundas.

Solitarios fantasmas vi vagando insólitos por una hoja en blanco manchada de tinta, pensando, me alejé de las penumbras de nocturnos misterios.

Me convertí en el camino del caminante despreocupado, surcando intrépidas ideas que parecían caer fuera del mundo.

Abrumado y sin rumbo tuve que escapar de lo terrenal, nuevamente vi palabras que duelen y dañan más que una daga, pensamientos en mentes que logran plasmar sobre barro, saliendo como la bestia de un pantano.

Palabras que agreden y perturban sin importar a quienes hieren. Palabras con frutos envenenados, sin el más mínimo respeto por lo desigual, gritando ser tan diferente como sincero, tan diferente como el bien y el mal, el cielo o el infierno, la mano abierta dando, la mano cerrada para golpear simplemente una idea.

Mundo de extremos que a nadie ya sorprenden, pero siempre descoloca. Si no es por género, por luchas de clases, mentes homofóbicas, o solo por pensar diferente, y el listado parece ser eterno.

El lema parece ser siempre el mismo: \"digo lo que pienso de manera directa, la lengua es más rápida, sin pelos, y para nada humana, además soy tan diferente que nadie lo entiende\".

Contuve la respiración una vez más, repetí mis mantras favoritos, volví al mundo de lo diverso y me quedé con mis ansias de igualdad y de respeto. Amo tanto las palabras, que nunca jamás utilizo las peores.

Y si alguna vez he utilizado un lenguaje inapropiado, os aseguro, que \"ese\", no he sido yo, y además tampoco lo recordaría; creo que las palabras grotescas, nacen de pensamientos muy grotescos.

\"Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos\" MARCOS 7: 14 - 23