Evaporadas las horas danzan
en pos de la mañana;
taciturna mi esperanza
se cansa de esperarte.
¡ Oh, Lejana compañera !
amada y delirante obsesión
enfrascada en mis días moribundos..
Sedienta de la nada,
enamorada del cosmo te busco
más allá de la soledad de las horas.
Más allá de la sedienta palabra
que al aire evoco, con delirante tristeza,
Yo te añoro largamente... infimamente...
¡Oh, lejana compañera !
si tan sólo detener pudiese
el breve espacio de mi tiempo.
Pues mi lejana soledad te amará;
a mis desires y a mi anhelo
de encontrarte en el viento...
El desvelo de alcanzarte es más fuerte,
que la pasajera lluvia de ilusiones
que mana en mi puerto.
¡Oh, Amada compañera !
juntas andaremos en los mares de tu tiempo
en la fresca fragancia del viento.
La incansable nostalgia de éste puerto
ha logrado empobrecer mi alma
y en mi culto a tu anhelo vago:
entre la lírica escultura, de tu muda presencia
serena... callada... escondida...
Sólo tú puedes comprenderme.
Sólo tú , embriagada en mis horas
y mi anhelante delirio de alcanzarte
¿Dónde estás? ¿Dónde te alcanzo ?
¿Por cuál camino he de hayarte?
-Regalame tu infraganti sonrisa,
yo inmóvil ante ti, he de posarme.
¡Oh, lejana compañera!
juntas andaremos y navegaremos
y la tristeza, no será de mi, presa.
Solamente la inmensidad,
únicamente la brevedad del tiempo
nada más ha de interponerse
entre la tibia luz, que nos unirá en el tiempo.