Me gusta el sonido del agua,
en cualquier momento y en cualquier lugar,
me gusta el viento en la cara,
ni tan cerca ni tan lejos del mar
Me gusta el café en el balcón,
aunque no tenga balcón,
me gusta mezclarme en la arena,
disfrutar a pleno de esa sensación
Me gusta el tiempo que perdemos en una mirada,
me gusta el rock, el fútbol, el vino
brindarme al sol desde mi ventana
Me gusta llorar a solas,
para no mostrarme tan débil ni tan real,
porque lo real duele, y el débil
deja mucho que desear
Me gusta dejar que pasen las cosas,
pero no ver las cosas pasar,
me gusta el instante, la brisa y la rosa,
de la tarde de otoño en que te pude besar