Hay días
en los que te extraño...
te veo en la casa,
en tu lugar preferido;
hay días
en los que te canto...
aunque no me oyes,
y no cantes conmigo.
Hay días
en los que recuerdo,
que tu humor curioso
llamo a mi barba
\"terciopelo\";
que me reencontré
en tu espalda, que
claudicó lo viejo.
Hay días
en los que,
a ti esperar,
a mi soberbia muerdes;
y mientras mi mente
te imagina,
te vigila los rezos,
este barrio de recuerdos,
duerme.
Hoy como tantos
otros días,
oxidarás mi calma,
te amaré
en tus cartas,
y sonreiré en
el vídeo, de tu bailar
descalza.