Te llamo cuando te extraño
suspiro cuando te miro
y contigo,
no vivo ni siento daño
porque tú eres mi respiro
y mi abrigo.
Te busco por la montaña
boscosa llena de niebla
esperando,
encontrarte en la cabaña
que aunque llena de tiniebla,
voy buscando.
La sangre se me va helando
por la ausencia de tus brazos
¿Dime dónde?,
tu cuerpo se fue volando
huyendo de mis abrazos,
¡Ven, responde!