Entonces descubrí, que la dama de los besos, no ofrecía sus amores
No exhibía sus dones en vitrina, ni exclamaba sus favores en la esquina
Ella se abraza a sus penas, y expía su amargura
Plena de sonrisas falsas, cubierta con su traje de virgen impúdica
Quien ha dejado sin brillo tu mirada
Quien de tu boca cándida ha robado su inocencia
Quien conoce tus secretos,
Quien ha despojado de tu corazón el tiempo
La dama de los besos, la que no implora a santos inicuos
La que no ora, la que no llora
La que no margina entre reyes y mendigos
La del sin desprecio y sin precio, todo es entrega y un beso
Quien te señala pecado
Quien oculta tu cuerpo de Diosa, con su expresión morbosa
Quien deshoja la orgía,
Quien alcanza alegría, entre tu vientre y tu boca
Entonces descubrí, que la dama de los besos,
Enseño de amores a puritanas e hipócritas
Entregó consuelo con sus manos, y olores
Regalo belleza, perdono rencores,
Levantó su frente, caminó erguida, entre la plaza y la iglesia
Quién descubrirá tus voces
Quien disfrutará tus dones
Quien te vestirá de colores, quien tomará tu mano
Quien gozará tus besos, quien te convertirá en poesía