Hoy.
Deja al sol que despierta en la mañana
aun antes que evapore el al rocío
que sus ojos asome a tu ventana
y a los tuyos les borre lo sombrío.
Cuéntale de tus sueños de gitana
de los niños jugando el vocerío
y sabrás de su boca casi humana
que en las noches también él siente el frío.
Te dirá que su luz en las estrellas
alumbran a los cuentos de doncellas
que quiere contemplar en tu mirada.
Y a sus manos fragantes y sencillas
déjalas que acaricien tus mejillas
y alejen las penas de tu almohada.