AHORA QUE TE HAS IDO
Si es que cabe un suspiro mío en tu corazón
ahora que no estás en la brisa ni el cielo,
permítele su entrada que lleva una ración
ínfima de caricias llenas de desconsuelo.
Si un día observas cómo brota por la ilusión
en tu nuevo vergel el bello azul napelo,
acércate a sentir si exhala esa pasión
del perfume de ayer montada en un anhelo.
Ahora que te has ido se cierra la persiana
con su caída intrépida y no queda hendidura
alguna que permita ver luz en la mañana.
Y yace en el recuerdo la habitación oscura,
mas, delicadas hebras rodean la ventana
ansiosas por tener la cálida frescura.