Dame un ovillo de hilo para atar las puertas del laberinto y vamos a vivir.
Voy tejer un poema para tus manitas
Con versos como aviones jugando a las escondidas tras las nubes
Con rimas de canciones, como chinescos tantos
Y te los contaré al oído desde mi silencio y el tuyo.
Para que sigas durmiendo dentro de tus sueños
Haré de las formas de las letras,
Sueños redonditos y azules
Inocentes como los recuerdos tu vida que amanece.
Y tejeré suspiros como pulseritas,
Caballitos de dulce, flores de piñata de cumpleaños
Y sin hacerte daño,
Armaré unas cosquillas pendencieras con mis ojos
Para que en tus antojos
Hagas sonreír a los atardeceres
Para que no estés triste, para que no me extrañes
Te descubriré el laberinto del mundo pero con mucho cuidado
Para no resbalarnos por su ancha cintura
Para no llenarnos con su enorme figura y
Resultar con empacho
Le quitaré la piel minotauro y al lobo ante tus ojos
Sigilosamente para descubrir de pronto,
Lo que esconden las sonrisas
Detrás de sus dientes.
Te mostraré un error y al gran maestro
Ese que nos enseña cómo ser mejores
Y jugaremos juntos con espinas
Para que te hagas fuerte
Para sentirme útil
Como los años que me cayeron ya encima.
Haremos de acuarelas travesuras,
Cosquillitas salpicadas con estrellas
Juegos de escondidas,
Romper alguna marca
Y ver mil elefantes danzando entre frazadas.
Por ti, ahí también yo seré el eco
Vuelo de gorrión enamorado
Verso desordenado, inquieto pensamiento de las hadas
Campo con estrellas adornadas
Noche constelada de sombras que iluminan
y carcajada descosida en su costado.
Un florecer de mariposas como tu mirada.