No hay día más extraño que un domingo,
pueden suceder mil cosas,
pueden tolerarse pocas,
puede que se engañe uno mismo
No hay de qué temer
cuando la libertad es absoluta,
la conciencia no disfruta
mientras haya que esconder
No hay ejemplos a seguir
solo versiones programadas,
experiencias acumuladas,
consecuencias del vivir
No hay quien pague por reír,
las caretas se agotaron,
y de tanto que aguantamos
no hay espejo que se anime a mentir
No hay viento tan a favor
como el consejo de un amigo,
el abrazo de un ser querido
que te empuje con fervor
No hay de qué escapar,
no hay de qué esconderse,
esperar sin enloquecerse,
seducir el alma de quién sepa
amar