Mi mente divaga al escuchar tu voz,
Así que me dedico a leer tu cuerpo, a bailar al ritmo de tus te quiero.
A verte fijamente a los ojos y perderme en ese exótico laberinto,
Llegar a la salida,
Tirarme cuesta abajo para nadar entre tus labios,
Ya en la orilla dedicarme a recorrer tu cuerpo para poner mi huella en cada rincón no explorado de tu alma,
Sentirme vivo al deslizarme por cada arruga de tu palma,
Ya entregados el uno al otro tomar tu mano, llevarte a la luna y en cada una de las estrellas comparar mis huellas con las tuyas,
Con la calidez de cada letra, te dedicaré párrafos que relajarán tu alterado corazón.
Lameré la sal de tus ojos para eliminar tu triste pasado,
Sumergiré mis palmas en lava para acunar tu corazón, desfilare mi lengua por tu piel para refrescar la de este intenso calor que provoca la fricción de nuestro cuerpo.
No te quiero a tí, quiero casarme con tu vida mientras la muerte bajo su fría túnica trae nuestros anillos,
Y en nuestra luna de miel cada noche, cada mañana, cada madrugada, cada tarde...
Vivir contigo una y otra y otra y otra vez hasta perder los sentidos.