Podemos tenerlo todo
pero rechazas cada segundo
de aquello que roza lo profundo,
huyendo de cualquier modo.
Ha partido nuestro anhelo
tu búsqueda de realidad.
Se ha implantado, inmutable, la verdad,
privándose de su velo.
Los deseos ya no rigen.
O solo se escucha nuestro ruido
o mi voz ya no suena en tu oído.
Mis susurros ya no rugen.
Recordaré la pasión,
que ya no, pero que sí sentía
cuando nuestras miradas latían.
Recobraré la noción.
Sí volveré a sumergirme
en los incontables sentimientos,
al rehabilitar los cimientos,
para poder erigirme.
De ti ya me he desprendido,
así que no vuelvas la mirada,
pues en nuestros ojos ya no hay nada.
Todo o nada se ha perdido.