Marcos Reyes Fuentes

UN PEQUEÑO FUEGO

Ella es inquieta como los colibríes, como los delfines

tiene un cabello que hace amar la noche  pura

su piel es día alegre, es fiesta primaveral y fresca como los mejores días de mi vida.

sus ojos son dos universos que me invitan volar sin ataduras

y sus labios, sus labios, son fruta  madura, cosecha de la  sierra  de mi patria.

 

Se divierte  creando  nuevas estaciones

Inviernos calurosos  y otoños coloridos

Primaveras azules y veranos poblados de arreboles, son también sus travesuras

y suele montarse a las horas  como a potros salvajes para domarlas todas.

 

Siempre viste  de sol  y de alegría y hace poblar de flores los desiertos, sólo con su sonrisa

pero   también ha llorado, ha dejado gotas de rocío en  la inevitables tristezas, las  suyas y las ajenas

y se duele con las heridas que sangran los muertos que no mueren

porque también, también ella  sabe de cicatrices como todos nosotros.

 

Ella tiene el tamaño exacto de todos mis anhelos

y su voz,  es una brisa mágica del ande que acaricia mi oído

me mira de una forma que me hace sentir  tan niño

y abanica sus ojitos para donarme el aliento.

 

Sabe de mis angustias y mis  brumas de antaño

conoce mis lamentos subterráneos y mis descoloridas fobias

y extrae de la tierra el polvo para hacerme hombre nuevo,

me da el agua para construir nuevas historias.

 

Domina el escurridizo arte de pintar de arcoíris los recuerdos  apagados

Y tiene magia en la palabra para salvar mil vidas

es un ángel, una heroína moderna, que no le teme a nada

aunque tiene la inocencia de las flores en las manos.

 

Quiere salvar al mundo de todos sus oscuros abismos

pero no desespera, siempre tiene una estrategia

y es amar apasionadamente lo que hace con sus pasos

porque sabe, sabe  que  todo, todo se acrisola con el tiempo.

 

Le encanta soñar  con los ojos bien abiertos

para no alejarse del norte, que es  siempre su lema

acuarela las nostalgias, enciende todos los horizontes

y contagia su luz, como en la penumbra las velas.

 

Puede tener Todos los nombres, todos le calzan apropiados

Es un pequeño fuego, yo le llamo sístole, porque es como el impulso,

Tiene  formas gráciles y bellas  y es muy  franca.

Detesta el descontrol. Ella sabe cabalgar sus propios días.

 

yo la llevo tatuada  desde hace  no sé cuántas vidas

pero no se lo confieso para no distraerla

(Ella prefiere  no probar la miel que destila de los  versos,  por ahora, por temor a engordar.. pero  le encantan, como le encantan los dulces, los karaokes, la cerveza en el momento preciso y los brindis por las buenas amistades)

 

Ella es la solución a mis teoremas,  el final  de mis rutas, la cima de mis montañas….y aunque no se lo diga,  ella lo intuye

sabe que  sigo sus huellas y que mi sentir es sincero

por eso me deja besos, colgaditos en las  estrellas que habitan mis rincones

como para no perderme,… como para no perderla.