Kinmaya

Una Rosa...nunca muere.

 

Inútil es el deseo cuando la rosa se curva y muere sobre su tallo.

Aunque marchita por el destino impiadoso, triste no la veréis.

Esperad el acto final de su belleza.

Cuando el ultimo pétalo caiga...mirad pacientes.

El poeta la recibirá delicadamente en su alma,

y la volverá tan inmortal, como una gran historia de amor.

Porque una historia de amor jamás muere.

Al igual que el ánima de la rosa tampoco morirá... vivira por siempre, en el alma del poeta.