Guardián De Ángeles

Salvarte de mí

Qué grato momento en el que percibí tus huellas,
pero qué inmisericorde instante en el que te pierdo;
de mi personalidad, conociste el aspecto torpe,
sin darme cuenta, viste a un infante en pañales,
no soy así siempre, no sé como caí en ese acto,
te vas... y se desarma en mi ser el motor
de mis pulsaciones, mi centro se queda turbado,
con la mórbida sensación de no haberte mostrado
mi esencia, aquella con la que te tomaría de las manos,
para volar juntos sobre mundos perfectos,
bañados de los sentimientos tuyos y los míos,
no pude contener ante ti, mis despreciables acciones,
y te cansaste en poco tiempo de mí, y sólo me quedo,
y ahora intento pensar que nada pasó, y no lo logro,
que mi alma sabe de ti, y un alma jamás olvida,
¿será que deberé tenerte sólo en remembranzas?
sólo me queda decirte gracias, por bendecirme,
porque aún en la brevedad transformaste mi suerte,
lamento estar lejos de ti, aún sin un adiós...
bendijiste con tu autenticidad a mi ser frío,
y ahora sólo me queda proseguir
en pos de ti hasta \'más allá de la muerte\'...


Tantas emociones en poco tiempo, es inefable,
si de pronto el corazón se exalta y el alma determina
amar sin condiciones... ¿y cómo se hace factible
persistir si se percibe que todo acaba?
Muero, por un rato, y de pronto vuelvo a la vida,
es tu luz, ángel de paz, que me revivifica,
has podido matarme y resucitarme en un instante,
y el amor puro en mi ser se expande,
vuelan mariposas en mi mente de forma continua...
No sé cuánto tiempo durará esta bendición,
pero cada segundo se eterniza en un nuevo universo,
y yo quiero aprisionar cada instante en un canto,
sólo para amarte así con el alma, mente y corazón...


Lamento atormentarte, lamento
de verdad cruzarme en tu camino,
vivo en total desconcierto este instante,
no sé cómo todo se ha vuelto glorioso
con tu advenimiento, todo es inaudito,
no comprendo cómo llegamos a este punto,
es inusual la magia; ahora me detengo
en las razones de por qué me muero,
de por qué te hago mal si te amo,
no sé cómo mostrarte mi alma,
sin dejar de ser yo, sin perder el control,
no me perdono lacerar tu corazón
de este modo, y caigo en la melancolía,
quiero huir de ti, quiero salvarte de mí,
quiero amarte a lo lejos, sin lastimarte,
esperando la eternidad para mi entrega
con el alma en acto de angelical frenesí.


En las veredas de la mente
soslayando vas sobre escollos,
envuelta en sórdido caos,
vislumbras un esbozo refulgente,
que aunque turbio, te incita a interrogantes,
¿será la proyección tenue de ti misma?,
alentada de tu inusual temperamento,
tu fe y esperanza se truecan en sonrisas,
porque sabes que la efigie de tu ser
volverá pronto, en el nuevo amanecer.


Concibes al juego de la vida,
en insólita conflagración sin vencidos,
todos sujetos a las arcanas reglas del amor,
acto único y perenne, una guerra
por invitaciones para el reto
de apostar todo con tu alma de fuego,
¿me animaré a correr el riesgo?,
grácil sortilegio de fantasía,
quizás lo haga por amor,
que amando es como rindo pleitesía,
que los labios forjan besos emulados,
tan sólo por los efluvios del embeleso,
los que dispersando van sobre las llanuras
dichas, serenidades y donosuras,
con el sabor de gloria y felicidad,
probando desde ya un poco de eternidad.


Por tu osadía de transitar
desde mi ser en las dimensiones
del manto nocturno, con determinación,
y probar las emanaciones
de mis entrañas... te amo;
por recorrer con sublime decoro
sobre los alcores de mis mensajes,
por beber mis ardientes gollerías,
y rasgar mi cielo... te busco;
por besar mi pensamiento lisonjero,
por acariciar la estrella de mi cosmos,
por vivir en cada tono de mi canto,
por vivir mi sueño... te añoro;
por sumergirte en mi inusual desquicio,
por venir a mí si te aclamo,
por quedarte a recibir al nuevo sol
desde mi alcoba con tu angelical
desnudez sobre mi cama,
por dejarme probar de ti la dicha,
por atizar con asiduidad el fuego
de mi fe en la que me inflamo...
por eso: te amo, te busco y te añoro.